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Foto: Tyc Sports.
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Al Millonario le faltaba fluidez, gambeta, picardía para romper el duro esquema que planteó Julio Falcioni y todas esas características las reúne el Pity. En ese instante, antes de comenzar el segundo tiempo, Marcelo Gallardo se inclinó por meterlo al verde césped. Velocidad, pases y la cara de un equipo que empezaba a mutarse. Pero esto duró apenas algunos minutos cuando, la pelota quedó sin dueño en mitad de cancha, y el ex Huracán trabó pero, al parecer con la pierna floja, no dudó en echarse al piso. Las caras, de los hinchas, que desnudaban preocupación se multiplicaban por mil al igual que el cuerpo técnico y el DT.
Se levantó por amor propio y al equipo. Mostrando lo profesional que es e intentar dar una mano a sus compañeros que friccionaban con los de Quilmes. Ingresó, probó, pero fue automático y volvió a tirarse al suelo. Era evidente, no podía continuar. Esto influyó claramente ya que faltaba un futbolista que pueda desequilibrar en el medio y, los que permanecían en cancha, no pudieron aportar esa cuota de veneno que sí otorga Martínez más allá que Teo Gutiérrez y Leoanrdo Pisculichi estuvieron todo el encuentro.
Hacía tiempo que River, luego de un mercado de pases, no poseía un jugador de esos, cuando su ausencia rige, extraña y mucho. Piscu podría ser uno de ellos aunque su nivel ha mermado pero sin entrar en el rango de la comparación. Pegada, asistencia, gol (aunque no tuvo su debut en la red), clase, peligro y todos los adjetivos que a usted se le ocurra puede aplicárselo al mediocampista. A estar atentos durante la semana e interiorizarse sobre qué tiene realmente el Pity. Lamentablemente, hoy no pudo tocar al ritmo del dribbling.
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