Pékerman lo convocó para la gira de la selección colombiana y el millo se quedó sin su máxima figura en el equipo y en el ataque, pero volvió cuando mas se lo necesitaba. Toca de primera, se florea, hace enojar a sus rivales y muestra esa sonrisa que el hincha quiere ver dibujada en su rostro. Las oportunidades no le llegaban, pero el ya tenia a medio Belgrano en contra, sobre todo a su arquero: Juan Carlos Olave. El primer tiempo se fue 1-0 a favor de la banda, pero el pistolero se quedó con las ganas de inflarle la red al equipo contrario.
En la segunda mitad, Belgrano comienza a inquietar y la gente se empieza a preguntar donde está Teo, donde está el goleador del campeonato, que ya había sido alcanzado por Gustavo Bou en la presente fecha del fútbol local. River vuelve a tomar protagonismo en el partido, maneja la pelota, busca estirar la ventaja, Carlos Sánchez mete un centro desde la derecha y ahí estaba el, cuando todos lo esperaban, se infla el pecho y las 65 mil almas del estadio se unen en un solo grito: GOL. "Jehova es mi pastor, con el nada me faltara" se arrodilla al cielo y agradece a su Dios.
El partido se terminaba, el invicto y la punta del torneo seguían siendo del mas grande. Sánchez se escapa, deja solo a Gutiérrez y con el arco servido, otra vez: bailoTEO bailoTEO, "dedicado a las madres en su día" fue corriendo frente a la platea San Martín y se lo dedicó a su mujer "por el apoyo". River volvió a ganar, gustar, golear y Teo, la figura del campeón.
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