Hoy no es un día más en el calendario Riverplatense. Desde hace ya 11 años, los hinchas celebran su día oficial en conmemoración al club y al máximo ídolo de la historia de River. Un 28 de septiembre de 1928, en la intersección de las calles Heras y Bustamante (cerquita del viejo estadio de Alvear y Tagle), nacía una leyenda que está siempre viva y vigente en la memoria y el corazón de cada hincha: Ángel Amadeo Labruna, "Angelito" o más conocido como "el Feo", es el ídolo más grande de nuestra gloriosa escuela futbolística.
Como futbolista, fue un crack sin época, un jugador con "copyright", que podía devolver una pared con el brillo más reluciente o fusilar al arquero con la practicidad y la frialdad del que se siente rey en el área contraria. Fue un goleador de excepción: el máximo del fútbol argentino, junto a Arsenio Erico con 293 conquistas. Fue un corajudo, de esos que ponían su personalidad, su pecho y su mente en acción para hacerle frente a cualquier circunstancia, sobretodo a las más difíciles, y con más vehemencia si se trataba de su rival eterno: Boca Juniors.
Fue un empedernido ganador, porque siempre salía a ganar. Se convertía en protagonista e interpretaba el rol sin temores, un anti-Boca como pocos: "Yo siempre viví de Boca, gracias a ellos me hice famoso", se agrandaba, apoyado en los 16 goles oficiales que le convirtió al equipo de la Ribera, siendo el máximo goleador de los Superclásicos hasta el día de hoy. Fue un chico-grande, con anécdotas imperdibles, con cábalas infinitas...
Como DT, fue un respetuoso y defensor del fútbol-juego, de la esencia de este deporte que lo apasionaba tanto como River Plate. Un "jugadorista" a ultranza, siempre cómplice de sus dirigidos. Apelaba a su ojo clínico para elegir a los exponentes que mejor le podían satisfacer sus gustos, sus planteos siempre ofensivos. Un abanderado de las explicaciones sencillas, a partir de su dominio de los conceptos fundamentales de este hermoso deporte, fiel transmisor del fútbol que siempre interpretó como jugador. "Vuelvo a River para ser campeón" fueron sus palabras, en 1975, y así River fue campeón después de 17 largos años, casi 18.
Fanático del inolvidable Bernabé Ferreyra, supo integrar "La Máquina" junto a Juan Carlos Muñoz, José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera y Félix Loustau, conformando así la mejor delantera en la historia de River. Salió campeón nueve veces en el plano local, cosechó varias copas Aldao en el internacional, y dos títulos sudamericanos con la Selección.
En el día de hoy, los hinchas lo recordamos como siempre y festejamos como nunca. La figura de "Angelito" seguirá ferviente erguida en todos y cada uno de nosotros, hasta el final de los tiempos. Desde allá arriba nos dará su bendición, nos guiará con su buen ojo hacia el camino del éxito, y celebrará con nosotros cada victoria, cada título, y cada momento virtuoso que este glorioso club nos siga regalando.
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